Levante y Real Oviedo comparten algo más que el farolillo rojo: viven con el agua al cuello y afrontan una jornada que puede marcar su temporada. Ambos llegan hundidos en la tabla, pero con una oportunidad de oro ante rivales directos en crisis como Mallorca y Osasuna. Todo lo que no sea ganar empezará a oler a drama deportivo en el Ciutat y en el Carlos Tartiere.

  • Levante suma solo 9 puntos tras 13 jornadas, con 2 victorias, 3 empates y 8 derrotas, siendo el penúltimo equipo más goleado con 24 tantos encajados. Además estos malos resultados se llevaron por delante a Calero el pasado fin de semana.​
  • Real Oviedo se mueve en números muy similares, instalado en la zona de descenso con una media de más de 1,5 goles en contra por partido y muy poca pólvora arriba.

La sensación común es de equipo frágil: les cuesta un mundo ganar y cualquier golpe les deja sin respuesta.

Oviedo–Mallorca: final en el Tartiere

  • El Real Oviedo recibe al Mallorca este viernes en el Carlos Tartiere, en un duelo directo entre un equipo en descenso y otro que se mueve peligrosamente cerca del pozo.
  • Una victoria carbayona apretaría la zona baja, pudiendo dejar a los baleares a un solo punto y con el descenso respirándoles en la nuca.

En clave Oviedo, es el típico partido que la afición marca en rojo: ganar significa engancharse a la pelea por la salvación; perder, seguir hundido y perder una opción casi irrepetible ante un rival tocado.

El Levante–Osasuna: ocasión para salir del túnel

  • El Levante, con solo 2 triunfos en todo el curso, tendrá delante a un Osasuna que atraviesa una racha muy mala de resultados y que también vive pendiente de la zona baja.
  • El contexto es perfecto para los granotas: juegan ante un rival sin confianza, que concede ocasiones y al que le cuesta cerrar los partidos.

Si el Levante es capaz de sumar tres puntos, puede cambiar el relato: de colista deprimido a equipo que se agarra con fuerza a la lucha por la permanencia.

Oportunidad de oro… o problema grave

  • Para el Oviedo, no ganar al Mallorca en casa sería dejar escapar el tipo de partido que a final de curso se echa tanto de menos.
  • Para el Levante, fallar ante un Osasuna en mala dinámica significaría confirmar que ni siquiera contra rivales tocados es capaz de imponer su fútbol.

Los dos últimos de la tabla se juegan mucho más que tres puntos: se juegan creer que la salvación todavía es posible o empezar a convivir con el miedo a un descenso que, jornada a jornada, se ve cada vez menos lejano. Ambos partidos destacados en el boleto de La Quiniela.