El lunes 8 de diciembre a las 15:00 horas, El Sadar acogerá uno de los encuentros más determinantes de la zona baja de LaLiga. Osasuna (17º, 12 puntos) recibe a un Levante (19º, 9 puntos) que llega a Pamplona tocado tras la destitución de Julián Calero, el técnico que hace apenas seis meses devolvía la ilusión al equipo granota ascendiendo a Primera División como campeón de Segunda.
Este es un duelo que define territorios. Gana Osasuna y respira. Gana Levante y sale del pozo, aunque sea de manera provisional. Pierde cualquiera y entra en pánico. No hay tonos grises.
Osasuna: el fortín es su salvación
Alessio Lisci mantiene la tranquilidad que caracteriza su metodología. El técnico italiano, que llegó al club hace apenas unos meses tras dejar el Mirandés, ha sacado lo mejor de una plantilla que convirtió media Premier League en verano (Rosier, Víctor Muñoz, Becker) pero que aún busca equilibrio. El Sadar es su escudo: 10 puntos de 15 posibles en casa (3V-1E-2D).
Fuera, es otro cuento. Solo 2 puntos en ocho partidos visitante es la cara del acantilado emocional. Por eso este lunes, contra un rival en construcción tras la caída de Calero, es su oportunidad. La ofensiva rojilla sigue siendo errática (12 goles en 14 partidos), pero en El Sadar generan. La última fue un 1-3 ante Real Sociedad que, pese a la derrota, mostró mejoría: Lisci pide paciencia, insiste en el proceso.
Levante: el caos del cambio en la banquilla
La destitución de Julián Calero llega como el primer seísmo de la temporada en Primera. El técnico que prometía «todo va a salir bien» cuando llegó hace 18 meses cumplió: ascenso, campeonato de Segunda. Pero en Primera, la realidad fue más cruel. Seis partidos sin ganar (cuatro derrotas consecutivas: Celta, Atlético, Valencia, Athletic) fueron demasiado. El domingo por la mañana, el Consejo de Administración decidió su salida.
Ahora Vicente Iborra y Álvaro del Moral, asistente de Calero y técnico del filial, toman las riendas de manera provisional. Luis García Plaza suena como primer candidato para tomar el relevo, aunque es incierto si llegará con tiempo. El Levante viaja a Pamplona sin identidad clara, sin voz desde el banquillo, penúltimo (9 puntos) y con 16 goles encajados en 14 partidos: defensa que no defiende.
Sin embargo, esa fragilidad también es su debilidad. Osasuna, con todo a su favor, tiene ocasión de explotar el desorden emocional del equipo que llega sin entrenador definido. En el fútbol, a veces los caídos son más peligrosos.
El historial favorece a Osasuna, aunque no hay antecedentes recientes
Es la primera vez que estos equipos se enfrentan en Primera División en esta era, por lo que no hay historial que consultar. Eso es un arma de doble filo: ni hay patrones a vencer, ni hay referencias de solidez en la defensa de uno u otro.
Pronóstico: Osasuna favorito, pero sin garantías
Los números favorecen a Osasuna: juega en casa (10 puntos en el Sadar), ante rival sin entrenador, en búsqueda de identidad. Levante llega con 2 victoria, 3 empates y 9 derrotas, goleado en defensa. Pero el fútbol no se juega en papeles. Los granotas no son ingenuos y pueden llegar a Pamplona con un bloque defensivo cerrado, buscando robo. Lisci quiere ganar; Iborra-Del Moral, simplemente, que se vea algo coherente en su equipo.
Para La Quiniela, la victoria de Osasuna tiene valor, aunque no es una certeza. Ambos necesitan ganar, pero uno necesita ganar para creer, y el otro, para creer que todavía es posible crecer y mantener la categoria.