El Valencia CF cierra el año 2025 con el cuerpo frío y el miedo instalado en la grada de Mestalla. Lo que debía ser una temporada de consolidación bajo la batuta de Carlos Corberán se ha transformado en una lucha agónica por la supervivencia. Tras el reciente empate ante el Mallorca, el conjunto che ha confirmado que ha perdido ese aura de invulnerabilidad en su propio estadio, un factor que históricamente siempre ha sido el salvavidas del club.

Un punto insuficiente y una Navidad en alerta

El empate ante el cuadro bermellón no solo sabe a poco, sino que deja una fotografía liguera terrorífica para el valencianismo: el equipo dormirá estas fiestas tan solo un punto por encima de los puestos de descenso. La falta de pegada y, sobre todo, la incapacidad de cerrar los partidos en casa han provocado que el colchón de puntos desaparezca justo cuando la competición llega a su ecuador.

Las dudas sobre el sistema de Corberán empiezan a aflorar. El equipo se muestra previsible, le cuesta un mundo generar ocasiones claras y, lo más preocupante, se ve superado por la presión cuando el marcador se pone en contra.

«El Valencia ha pasado de ser un equipo con identidad propia a ser un bloque lleno de dudas. Estar a un punto del pozo antes de las uvas es una llamada de atención que el club no puede ignorar.»

Un calendario que no da tregua

El «míster» tiene una montaña de trabajo por delante. Con los equipos de la zona baja (como el Levante o el Oviedo) empezando a sumar y a apretar la clasificación, el margen de error del Valencia es inexistente. El calendario que asoma tras el parón es de máxima exigencia, y si Corberán no logra recuperar la solidez defensiva y la «magia» de Mestalla, el 2026 podría empezar con el equipo en puestos de descenso directo.

Pero atención, porque este fin de semana el boleto cambia de tercio. LaLiga se toma un descanso y La Quiniela pone el foco en el fútbol internacional, con los mejores partidos de la Premier League y la Serie A italiana. Es el momento de estudiar las ligas extranjeras para buscar ese pleno mientras los de Corberán intentan reencontrarse a sí mismos.