Isco vuelve a frenarse justo cuando el Betis más lo necesitaba y se perderá el gran escaparate liguero del próximo fin de semana, ese Real Madrid–Betis que aparece como uno de los partidos destacados del boleto de La Quiniela. El malagueño, que ya arrastraba un calvario de problemas físicos desde verano con una fractura de peroné y varios meses de inactividad, sufre ahora una nueva lesión en el tobillo derecho que le obliga a pasar de nuevo por el quirófano y le deja fuera de combate al menos durante varias semanas más, en pleno tramo decisivo de la temporada.
Una nueva lesión que enciende las alarmas
La jugada maldita que le ha devuelto a la enfermería se produjo en Europa League ante el Utrecht, en un choque fortuito con su compañero Sofyan Amrabat que le provocó una fuerte contusión, una brecha que obligó a ponerle puntos de sutura y, lo más grave, una lesión intraarticular en la zona del cartílago del tobillo. En un primer momento se habló de un par de encuentros de ausencia, pero la persistencia del dolor, la inflamación y las complicaciones detectadas en las pruebas han llevado a los servicios médicos verdiblancos a optar por un tratamiento más agresivo y por una artroscopia que prolonga claramente los plazos, convirtiendo lo que parecía un contratiempo menor en un problema serio para el proyecto de Pellegrini.
El Betis pierde a su faro
Pellegrini se queda sin su futbolista más determinante entre líneas justo en el tramo en el que se empieza a definir la clasificación europea y se retoma la pelea en LaLiga tras el parón, una baja que reduce creatividad, último pase y pausa en un centro del campo ya castigado por el desgaste. El mazazo se siente todavía más porque Isco había logrado reconstruir su carrera en el Villamarín, volviendo a ser uno de los jugadores más influyentes del campeonato, candidato continuo a mejor jugador de la jornada y auténtico faro del juego ofensivo bético, hasta el punto de que muchas fases del plan pasaban por darle siempre la pelota para que él decidiera el ritmo y la dirección del ataque.
Ajustes obligados para Pellegrini
Su ausencia obliga a buscar soluciones de emergencia y a redistribuir responsabilidades ofensivas, con más peso creativo para futbolistas como Lo Celso o Fornals, un Betis que probablemente tendrá que ser más vertical y menos asociativo en campo rival y un entrenador que se ve forzado a rediseñar el plan sin su mediapunta total. La sensación en Heliópolis es de déjà vu, de golpe anímico repetido, porque otra vez que el equipo se asoma a un duelo grande y a semanas decisivas, el diez se cae cuando estaba llamado a marcar diferencias, alimentando la preocupación sobre cuánto podrá contar realmente el Betis con su magia de aquí a final de curso.
Real Madrid–Betis, un partido marcado por su ausencia
Todo esto se amplifica con el contexto inmediato, porque el Betis visita al Real Madrid este próximo fin de semana, un choque señalado en rojo en el calendario, encuadrado además como uno de los grandes reclamos del boleto de La Quiniela en la primera jornada liguera del año. No tener a Isco en el Santiago Bernabéu reduce notablemente las opciones verdiblancas de someter al centro del campo blanco con posesiones largas, resta talento para gestionar las transiciones y condiciona la lectura de muchos apostantes que miran el signo de este partido estelar en La Quiniela, con un Real Madrid muy fuerte en la tabla y un Betis que llega sin su jugador más clarividente. Para Pellegrini, el desafío es doble: competir sin su brújula en un escenario de máxima exigencia y evitar que esta nueva lesión del malagueño se convierta en un golpe moral definitivo justo en el arranque de 2026, cuando el calendario y los objetivos no dan margen para lamentos