El Real Oviedo encara el arranque de 2026 con una mezcla de urgencia y esperanza, aferrado a la reconstrucción que Guillermo Almada quiere liderar a partir del mercado invernal y cuyo primer movimiento tiene nombre propio: Nico Fonseca, mediocentro uruguayo que simboliza el nuevo rumbo carbayón. El contexto no admite despistes, con el equipo en puestos de descenso y un calendario exigente que incluye la visita a Mendizorroza para medirse al Alavés, en uno de los partidos señalados del boleto de La Quiniela del fin de semana.
Nico Fonseca, el primer hombre de Almada
Nicolás Fonseca, nacido en Nápoles en 1998 y con pasaporte futbolístico uruguayo, llega cedido desde el Club León de México hasta final de temporada, sin opción de compra obligatoria, para convertirse en el primer fichaje invernal del Oviedo versión Almada. Se trata de un mediocentro defensivo, internacional con Uruguay, que ha disputado más de 30 partidos oficiales en la última temporada con León, acostumbrado a competir en contextos de alta intensidad tanto en Liga MX como en torneos continentales.
Fonseca es, sobre todo, una pieza pensada para dar estructura: un pivote de buen despliegue físico, fuerte en el duelo, con lectura táctica para sostener al equipo por detrás de la pelota y con la capacidad de dar el primer pase limpio tras recuperación, justo el tipo de perfil que Almada considera clave para equilibrar a un Oviedo que sufre demasiado cada pérdida. Su llegada permitirá que los interiores jueguen unos metros más arriba, que los centrales no estén tan expuestos y que el equipo pueda alternar registros, desde un bloque medio agresivo hasta fases de presión alta con un ancla fiable a la espalda.
Un mercado invernal condicionado por la operación salida
La ilusión por los refuerzos choca con una realidad administrativa ineludible: el Real Oviedo tiene las 25 fichas profesionales ocupadas, por lo que cada llegada exige una salida previa. La incorporación de Fonseca ya ha activado ese mecanismo y ha puesto sobre la mesa nombres concretos para abandonar el club, empezando por Brandon Domingues y Salomón Rondón, señalados desde Asturias como los principales candidatos a salir en este inicio de ventana.
El club trabaja en una operación salida que va más allá de liberar una sola ficha: el objetivo es aligerar masa salarial, dar salida a jugadores con poco protagonismo y abrir espacio para, al menos, dos o tres refuerzos más que apuntalen las tres líneas. En la lista de posibles movimientos aparecen también perfiles como Josip Brekalo y Haissem Hassan, con situaciones contractuales o deportivas complejas, que podrían abandonar el equipo si llegan ofertas razonables y permiten completar el plan de llegadas que la dirección deportiva ha diseñado para esta segunda mitad de campeonato.
Más fichajes a la vista para cambiar la inercia
Fonseca es solo el primer paso de un mercado que se anuncia agitado, con el Oviedo rastreando opciones para reforzar el eje de la defensa, las bandas y la delantera, donde la sequía goleadora ha sido una de las grandes losas del curso. En la agenda aparecen nombres como un central con experiencia en la élite, un extremo desequilibrante y un delantero que pueda convivir con o sustituir a los puntas actuales, configurando un bloque más competitivo para pelear por la permanencia sin depender tanto de marcadores cortos. Almada, que aterrizó con la etiqueta de técnico valiente y de equipo intenso, necesita ese salto de calidad en piezas muy concretas para trasladar su idea a un grupo que hasta ahora se ha quedado corto en ritmo, agresividad con balón y contundencia en las áreas.
La sensación en el entorno carbayón es que este mercado de enero es casi una segunda oportunidad de construir el equipo que el entrenador tenía en la cabeza cuando firmó, uno más adaptado a su propuesta, con un mediocentro de jerarquía como Fonseca y con más profundidad por fuera y alternativas ofensivas para no vivir colgado de un gol aislado. Si la operación salida fluye y el club acierta con los nombres, el Real Oviedo puede cambiar de cara de forma notable en apenas unas semanas y llegar a la recta final con un bloque más reconocible.
Mendizorroza como primer gran examen para el nuevo Oviedo
En lo inmediato, el foco se coloca en Mendizorroza, donde el Oviedo visitará al Alavés en la jornada 18 de LaLiga, partido encuadrado como uno de los choques destacados del boleto de La Quiniela del fin de semana. La tabla habla por sí sola: el Alavés llega con 18 puntos en zona media-baja, mientras que el Oviedo es penúltimo con 11, de modo que un triunfo carbayón en Vitoria no solo le permitiría engancharse a la pelea por la salvación, sino también enviar un mensaje de que el nuevo proyecto de Almada y sus fichajes pueden cambiar inercias.
Para los oviedistas, este duelo es un termómetro perfecto: se podrá medir el impacto inmediato de Fonseca en la medular, la capacidad del equipo para ser más sólido lejos del Tartiere y el grado de respuesta anímica de una plantilla que se sabe a examen desde enero. Para los apostantes de La Quiniela, el contexto invita a analizar si el “efecto mercado de invierno” puede equilibrar un partido que, sobre el papel, se inclina hacia el lado albiazul, o si el hambre de supervivencia de los asturianos y la energía de los nuevos refuerzos convierten el signo visitante en una opción más atractiva de lo que la clasificación sugiere.