El Real Mallorca ha visto esfumarse su sueño europeo tras una dolorosa recta final de temporada. El equipo de Jagoba Arrasate, que durante meses se mantuvo en la pelea por los puestos continentales, ha quedado matemáticamente fuera de la lucha tras su derrota ante el Getafe en Son Moix (1-2), en un partido que evidenció el bajón anímico y futbolístico de los bermellones.
Un final de temporada para olvidar
El Mallorca llegaba a las últimas jornadas dependiendo de sí mismo para pelear por la Conference League, pero la falta de intensidad y acierto en los momentos clave ha sido determinante. Ante el Getafe, el conjunto balear mostró una preocupante apatía y fue superado con justicia por un rival que se jugaba la permanencia. El gol de Larin en el descuento solo sirvió para maquillar el marcador y no evitar los silbidos de una afición decepcionada.
Esta derrota, sumada a los tropiezos previos, firmando 4 derrotas en los últimos 5 partidos de la competición doméstica, ha dejado al Mallorca sin opciones matemáticas de alcanzar ni siquiera la octava plaza, que da acceso a la Conference League. El equipo, que llegó a estar en la parte alta de la tabla, se despide así de Europa de la manera más triste, con la grada y los jugadores distanciados y sin premio a una campaña que prometía mucho más.
De aspirante a Europa a juez de la Conference
El desenlace de LaLiga convierte ahora al Mallorca en un inesperado verdugo, ya que visitará Vallecas en la última jornada para medirse a un Rayo Vallecano, partido destacado del boleto de La Quiniela, que sí se juega su presencia en Europa. Los de Arrasate, sin presión y sin nada en juego más allá del orgullo, pueden ser decisivos en la batalla por la Conference League, ya que un tropiezo del Rayo podría abrir la puerta a Osasuna o incluso dejar a los madrileños fuera de Europa.