Era un día para despedidas, la del Profe Ortega la que estaba confirmada, y el Atlético de Madrid no pudo celebrar una victoria en el estadio que había sido un fortín durante todo el curso, y es que únicamente el Barcelona se había podido llevar los tres puntos y el Getafe rascar un empate.

Pues bien, llegó Osasuna, que además no se jugaba nada, y goleó a los del Cholo en el duelo que decidía el pleno al quince de La Quiniela con un resultado de 1-4(1-M).

No funcionó nada en el sistema táctico del míster argentino, que se vio sorprendido por la pizarra de Arrasate, en el que fue su penúltimo partido en el banquillo de Osasuna, pues saldrá este verano a un nuevo destino.

Raúl García de Haro aprovechó un error en la marca de la zaga rojiblanca para anotar en el ecuador de la primera mitad. Tras el descanso Oroz puso el 0-2 en el luminoso, pero un gol de Morata hizo revivir por unos minutos a los colchoneros. Nada más lejos de la realidad, Raúl García puso la puntilla con su segundo tanto y Lucas Torró cerró la goleada.

El Atlético buscaba el tercer puesto y ni siquiera logró poder intentarlo, más allá de que el Girona no falló, pero se nota que muchos futbolistas ya están pensando en las vacaciones y otros en nuevos proyectos.

Como dato positivo, Morata volvió a ver puerta después de tres meses, pero simplemente fue un espejismo, un oasis, en un desierto de juego rojiblanco.