El Valencia CF ha logrado tomar un pequeño respiro tras empatar en Mestalla ante el Betis este fin de semana, resultado que le permite marcharse fuera de los puestos de descenso gracias a un mejor golaveraje respecto al Girona, ambos empatados con 10 puntos. No obstante, las sensaciones del equipo de Carlos Corberán están muy lejos de las que necesita su afición: ya son ocho partidos consecutivos sin ganar en LaLiga, una de las peores rachas actuales del campeonato.

Ocho partidos sin victoria: la sombra de la crisis

Desde el pasado 20 de septiembre, cuando logró vencer al Athletic Club, el Valencia ha encadenado cinco derrotas y tres empates, sumando únicamente tres de los últimos veinticuatro puntos en disputa. La falta de pegada y la debilidad defensiva han marcado el día a día de un equipo con muchas carencias estructurales. Apenas ha logrado marcar 11 goles y ha encajado 21, siendo uno de los más goleados y menos resolutivos en ataque de toda la liga.

La plantilla, marcada por las lesiones y por la falta de futbolistas que aporten soluciones de calidad, se muestra demasiado justa para competir con garantías. El bloque de Corberán suma los mismos puntos que el Girona, aunque la diferencia de goles le favorece para no estar una semana más en la última posición, pero permanece muy próximo al abismo y las alarmas siguen encendidas. Recordemos que el Levante está a un sólo punto por debajo y el Oviedo a dos, y con el duelo entre ambos ganado para los asturianos.

Urgencia de reacción y la presión de Mestalla

La presión sobre el Valencia es máxima y cada empate sabe a agua pero no sacia la sed de una afición que ve cómo el equipo baja semana a semana en la clasificación. Mestalla exige una reacción contundente para evitar una segunda vuelta angustiosa y revertir la tendencia que amenaza con llevar al club a la lucha por la salvación.

La Quiniela y un boleto con sabor decisivo

En el boleto de La Quiniela de esta semana, el duelo del Valencia ante el Betis fue uno de los partidos clave para muchos apostadores. El empate sumó más incertidumbre a una jornada marcada por la igualdad y la necesidad de resultados, retratando el difícil momento que atraviesa uno de los históricos del fútbol español.