El Elche CF atraviesa su primer momento crítico de la temporada. Tras un arranque esperanzador en su regreso a Primera División, el equipo de Eder Sarabia acumula tres partidos seguidos sin ganar, con dos derrotas consecutivas, la última ante el RCD Espanyol por 1-0, que rompió definitivamente la inercia positiva con la que había comenzado el curso.

De la solidez al desconcierto

El conjunto franjiverde sorprendió en las primeras jornadas por su solidez, su capacidad para competir ante rivales de mayor presupuesto y su equilibrio entre ambición y orden. Sin embargo, el último tramo ha puesto de manifiesto una preocupante pérdida de intensidad y frescura. El Elche, que llegó a encadenar siete partidos invicto, suma ahora solo un punto de los últimos nueve posibles, tras caer ante el Deportivo Alavés (3-1) y el Espanyol (1-0) y empatar sin goles frente al Athletic Club.

Eder Sarabia, que ha reconocido que el equipo “ha perdido chispa en las dos áreas”, intenta mantener la calma. “No es momento de dramatizar, sino de levantar cabeza. Los chicos siguen creyendo”, aseguró el técnico tras la derrota en Cornellà.

Un reto mayúsculo: visitar a un Barça herido

El calendario no da respiro y la próxima jornada llevará al Elche al Estadi Olímpic Lluís Companys, donde se medirá al FC Barcelona, que llega tocado tras su derrota en el Clásico ante el Real Madrid. El duelo, uno de los partidos destacados del boleto de La Quiniela, se presenta como una oportunidad tan exigente como ilusionante: medirse a un gigante que busca redención y, al mismo tiempo, tratar de firmar una sorpresa histórica.

Las estadísticas, sin embargo, son contundentes: el Elche nunca ha conseguido ganar al Barcelona como visitante en toda su historia liguera, y no puntúa en feudo azulgrana desde 1975, cuando logró un meritorio empate a cero en el antiguo Camp Nou.

Recuperar la esencia para no perder el rumbo

El equipo ilicitano, que se mantiene en mitad de la tabla con 14 puntos, busca reencontrarse con las virtudes que marcaron su brillante inicio: la intensidad en la presión, la seguridad atrás y la eficacia que ofrecieron jugadores como Rafa Mir, André Silva o Germán Valera. Recuperar ese espíritu será esencial para evitar que la mala racha se prolongue más allá de lo razonable.

Sarabia ha insistido en que “el Elche debe volver a ser incómodo, atrevido y competitivo”, consciente de que nadie esperaba un camino fácil en esta vuelta a la élite. Visitar a un Barcelona herido, tras su derrota en el Clásico, puede parecer lo peor en este momento, pero también podría ser el punto de inflexión que devuelva confianza y firmeza a un grupo que ya mostró de lo que es capaz.

En busca de una nueva sorpresa

Nada mejor que un escenario monumental y un rival poderoso para medir el carácter de un equipo. El Elche ya ha demostrado que sabe competir contra todo pronóstico, y el compromiso en el Lluís Companys representa una oportunidad para redescubrir ese espíritu. La historia no está de su lado, pero la ilusión, sí.