El RCD Espanyol ha vuelto a sonreír. Su triunfo por 0-2 ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere ha puesto fin a una mala racha de resultados y ha devuelto la confianza a un equipo que quiere mirar de nuevo hacia arriba. Los goles de Kike García y Pere Milla en la segunda mitad no solo sirvieron para sumar tres puntos vitales, sino también para confirmar que el equipo de Manolo González sigue siendo una de las sensaciones del curso.
Fin al bache y paso al frente
El conjunto perico mostró en Asturias una versión sólida, madura y eficaz. Supo esperar su momento en la segunda mitad, con un fútbol práctico pero lleno de intención, y sacó provecho de las ocasiones que el Oviedo no supo concretar. Tras cuatro jornadas sin conocer la victoria, el Espanyol rompió su dinámica negativa con autoridad y se colocó en la zona noble de la tabla, alimentando su ambición europea. El equipo duerme en sexta posición con 15 puntos, solo dos por debajo de los puestos de Liga de Campeones.
El propio técnico, Manolo González, reconoció tras el encuentro que la clave estuvo en “volver a competir como un bloque”. Y eso fue justo lo que su equipo demostró: orden, solidaridad y el acierto de sus atacantes, un trío —Kike, Pere Milla y Roberto Fernándes— que está encontrando su mejor tono justo a tiempo para la parte decisiva del otoño.
Un grupo con alma y ambición
El Espanyol se ha ganado el respeto de la categoría con su trabajo silencioso. Sin grandes nombres rutilantes pero con una plantilla equilibrada, el grupo ha sabido mezclar la juventud de jugadores como Omar El Hilali o Tyrhys Dolan con la experiencia de Cabrera, Expósito y Kike García. Los datos también reflejan ese crecimiento: los blanquiazules son ya uno de los equipos más eficaces del campeonato en el segundo tiempo, con más del 60% de sus goles anotados en la última media hora.
Más allá de los números, el equipo transmite una sensación que ilusiona. La afición, que soñaba con un curso tranquilo tras el traumático descenso y el inmediato regreso a Primera, empieza a imaginar algo más grande.
Próxima parada: duelo de revelaciones
El próximo fin de semana el Espanyol recibirá al Elche, otra de las agradables sorpresas de la temporada, en uno de los partidos más esperados del boleto de La Quiniela. Será un enfrentamiento directo por seguir en la pelea europea, pero también una oportunidad de medir hasta dónde llega la certeza de que este Espanyol va en serio.
Quizás no tenga el presupuesto de los gigantes ni la profundidad de otras plantillas, pero si mantiene esta línea de compromiso, equilibrio y fe, el conjunto perico demostrará que los sueños europeos, a veces, comienzan con victorias serenas en tardes frías de octubre