El Girona FC vive momentos de máxima tensión en LaLiga. Tras una temporada que comenzó con ilusiones renovadas, el equipo dirigido por Míchel Sánchez se encuentra en una racha negativa que lo ha llevado a ocupar el puesto 16 en la clasificación, con solo 34 puntos en 31 jornadas. Aunque mantiene un margen de cuatro puntos sobre el descenso, los malos resultados y la falta de cohesión en el equipo han encendido todas las alarmas en Montilivi.
De soñar con Europa a mirar al abismo
Hace apenas un año, Girona estaba peleando por un puesto europeo tras una campaña histórica. Sin embargo, la realidad actual es completamente distinta. Con solo una victoria en los últimos 13 partidos y seis puntos obtenidos de los últimos 33 posibles, el equipo ha perdido toda la confianza que lo caracterizó en temporadas anteriores. La derrota reciente ante Osasuna (2-1), en uno de los choques destacados del boleto de La Quiniela, y el descalabro contra el Alavés (0-1), un rival directo por la permanencia, han agravado aún más la situación.
El problema no es solo de resultados: el equipo parece desconectado en el campo. Los jugadores muestran falta de entendimiento y apoyo mutuo, lo que se traduce en errores defensivos y poca efectividad ofensiva. Esta falta de cohesión ha llevado a la afición a pasar del entusiasmo al desencanto, con silbidos que reflejan la preocupación por un posible descenso.
Un calendario que no da tregua
El panorama no es alentador para Girona. En las próximas semanas se enfrentará a rivales complicados como el Real Betis, Villarreal y Atlético de Madrid, además de duelos directos contra Leganés y Real Valladolid, equipos también inmersos en la lucha por evitar el descenso. Estos partidos serán clave para determinar si el equipo logra mantenerse en Primera División o si sucumbe a la presión.
Las claves del declive
- Falta de gol: Con solo 37 tantos anotados en 31 partidos, Girona carece de un referente ofensivo constante. Cristian Stuani, máximo goleador con siete tantos, no ha contado con suficiente apoyo.
- Fragilidad defensiva: Ha encajado 46 goles esta temporada, muchos de ellos por errores individuales o desconcentraciones en momentos clave.
- Rendimiento irregular: El equipo no ha logrado remontar ningún partido tras empezar perdiendo esta campaña, lo que refleja su dificultad para reaccionar ante la adversidad.
¿Cómo puede salvarse Girona?
Míchel Sánchez tiene una tarea titánica por delante. Recuperar la confianza del vestuario y reforzar la solidez defensiva serán fundamentales para revertir esta situación. Además, será crucial aprovechar los partidos contra rivales directos para sumar puntos vitales.
La afición también jugará un papel importante. Aunque los ánimos están caldeados, Montilivi debe convertirse en un fortín donde el equipo encuentre respaldo para afrontar este tramo final de temporada.