El Girona afronta las últimas cinco jornadas de LaLiga sumido en una crisis que amenaza con borrar el sueño europeo y convertir la temporada en un drama inesperado. Tras el empate ante el Leganés (1-1), el equipo de Míchel suma 11 jornadas consecutivas sin ganar y se queda con 35 puntos, apenas tres por encima del descenso que marca Las Palmas. El miedo, la presión y la falta de confianza han convertido el tramo final en una auténtica pesadilla para los gerundenses.

Un empate que sabe a derrota y una dinámica alarmante

El último tropiezo ante el Leganés ha sido especialmente doloroso. El Girona jugó con superioridad numérica desde el minuto 19 por la expulsión de Cissé, se adelantó con un gol de Stuani y, aun así, vio cómo Munir empataba en el descuento. Es el segundo partido de la temporada en el que el equipo no sabe aprovechar jugar contra diez —ya le ocurrió ante el Mallorca—, lo que evidencia la falta de contundencia y el bloqueo mental que atraviesa el vestuario.

En total, el Girona solo ha sumado cuatro puntos de los últimos 33 posibles y es el segundo peor equipo de la segunda vuelta. La ansiedad es palpable: el equipo apenas genera ocasiones claras, le cuesta mantener ventajas y cada error se paga carísimo. El empate en Butarque fue un golpe anímico muy duro y la sensación de vértigo se ha instalado en Montilivi.

El calendario: cinco finales de máxima tensión

El margen de error es mínimo y el calendario no da tregua. El Girona debe enfrentarse en casa a Mallorca, Villarreal y Atlético de Madrid, y visitar a Valladolid y Real Sociedad. Son rivales directos por la permanencia y equipos de la zona alta, lo que obliga a los de Míchel a recuperar la solidez y el carácter de la primera vuelta, donde sumaron 28 puntos.

El vestuario pide unión y reacción

El capitán David López ha hecho un llamamiento a la unidad y la experiencia para revertir la situación: “En los malos momentos es cuando se ven a los grupos de verdad y aquí hay uno sensacional. Hay que controlar los pequeños detalles, no rendirnos y animarnos. Todavía quedan 15 puntos y tenemos que darle la vuelta a esto como sea».

Un giro radical respecto a la primera vuelta

El contraste con la primera mitad del campeonato es brutal. El Girona pasó de ser una de las revelaciones de LaLiga a convertirse en uno de los equipos más vulnerables, incapaz de cerrar partidos y sumido en una espiral negativa que le acerca peligrosamente a la zona roja.

La próxima jornada se las verá con el Mallorca, un rival complicado, en el choque que decidirá el pleno al quince de La Quiniela.