El Levante UD ha certificado su regreso a la élite del fútbol español tras tres temporadas en Segunda División, y lo ha hecho de la forma más épica posible: con una remontada agónica ante el Burgos, en uno de los partidos destacados del boleto de La Quiniela, culminada por un golazo de Carlos Álvarez en el minuto 97, que quedará para siempre en la memoria de la afición granota.
Un ascenso forjado en la adversidad
El equipo valenciano, dirigido por Julián Calero, ha superado una temporada llena de dificultades institucionales y deportivas. Pese a las ventas de jugadores clave en invierno, retrasos en los pagos y la salida de figuras del organigrama, el grupo se mantuvo unido y convencido de sus posibilidades. La regularidad en el juego, la solidez defensiva y la confianza en el proyecto de Calero han sido los pilares de un ascenso que el fútbol parecía deberle al Levante tras el cruel desenlace del playoff de hace dos años ante el Alavés.
El partido del ascenso: remontada y gloria en El Plantío
El duelo ante el Burgos comenzó cuesta arriba para el Levante, que encajó un gol en el primer minuto y falló un penalti poco después. Sin embargo, el equipo no se vino abajo y logró igualar el marcador antes del descanso. Tras verse de nuevo por detrás en el marcador, los granotas empataron y, en el tiempo añadido, Carlos Álvarez firmó una obra de arte desde la frontal que desató la locura entre los más de mil aficionados desplazados y toda la ciudad de Valencia.
Un ascenso celebrado por toda Valencia
El pitido final desató la fiesta tanto en el estadio como en las calles de Valencia, especialmente en los barrios cercanos al Ciutat de València. Tracas, cánticos y lágrimas de alegría pusieron fin a tres años de sufrimiento y devolvieron la sonrisa a una afición que nunca dejó de creer.
El legado de Julián Calero y una plantilla comprometida
El éxito del Levante lleva el sello de Julián Calero, que ha sabido gestionar un grupo marcado por los cambios y la presión, manteniendo la fe en el objetivo y transmitiendo confianza incluso en los momentos más duros. La plantilla, rejuvenecida y con figuras emergentes como Carlos Álvarez, ha respondido con profesionalidad y carácter.