El Real Mallorca ha logrado un renacer lleno de ilusión en LaLiga tras un inicio difícil en el que parecía tocar fondo. Dos victorias en los últimos tres partidos, la más reciente ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán por 3-1, han servido para alejar al equipo del foso del descenso y encarar con optimismo sus próximos compromisos.

Un Mallorca que busca consolidarse en Son Moix

Este domingo, el Mallorca recibirá al Levante en uno de los partidos destacados del boleto de La Quiniela, un encuentro que promete mucha emoción y rivalidad directa por puntos vitales. Las estadísticas históricas favorecen claramente al equipo balear: de ocho partidos disputados en Primera entre ambos, el Mallorca ha sumado seis victorias, un empate y una sola derrota.

Además, la fortaleza en Son Moix es notable, pues en las últimas dos visitas del Levante, el equipo granota ha salido derrotado y sin ver portería, reflejando la dificultad que supone para el Levante puntuar en esta cancha.

Vital para seguir creciendo

Para el Mallorca, el partido contra el Levante es mucho más que un compromiso liguero; es una oportunidad para confirmar que la recuperación no es casualidad, y que el proyecto que encabeza el club balear está tomando forma. La confianza renovada tras vencer a rivales directos es la base para una temporada en la que el objetivo final es la permanencia, pero con un espíritu de superación que puede llevar a soñar con objetivos mayores.

Un partido de máxima rivalidad y esperanzas

Enfrentar al Levante es un examen de carácter, de capacidad para mantener la inercia y para consolidar una identidad que dé resultados más allá de lo puntual. Para los aficionados mallorquinistas, cada victoria en Son Moix es un paso hacia la tranquilidad, y esta temporada, la esperanza de que su equipo pueda competir y sorprender hasta el final está más viva que nunca.

Este duelo en La Quiniela será más que un partido para ambos y es que sumar de tres ante un rival de su liga, se antoja como objetivo preferente para ambos conjuntos.