El Real Valladolid afronta una semana dramática en LaLiga, en la que su descenso a Segunda División podría quedar certificado de forma matemática si encadena una nueva derrota en la doble jornada que se avecina. Tras una temporada nefasta, el club blanquivioleta está a punto de consumar lo que muchos ya consideran inevitable: su regreso a la categoría de plata menos de un año después de haber ascendido.

Un descenso anunciado

El Valladolid llega a esta jornada con solo 16 puntos tras 32 partidos, siendo colista destacado y con la peor defensa del campeonato (76 goles encajados). La dinámica es demoledora: seis derrotas consecutivas, apenas cuatro victorias en toda la temporada y un vestuario que no ha encontrado respuestas ni con los cambios de entrenador. El equipo apenas suma medio punto por jornada, una cifra que hace imposible la salvación.

Las cuentas de la permanencia: misión imposible

Actualmente, la salvación la marca Las Palmas con 32 puntos. Quedan 18 puntos en juego, pero la distancia real es de 16, lo que significa que el Valladolid necesita un milagro deportivo y un pleno de victorias para tener alguna opción, algo que ni los más optimistas ven factible.

Si el Valladolid pierde o empata ante el Betis este jueves, partido destacado del boleto de La Quiniela, descenderá matemáticamente. Incluso ganando, si Las Palmas y Alavés suman puntos, la diferencia sería insalvable por los enfrentamientos directos perdidos ante ambos rivales.

De perder los dos partidos de esta semana, el descenso sería oficial y no habría margen para la reacción, ya que la distancia con la salvación sería mayor que los puntos en juego.

Un balance para el olvido

Este descenso sería el tercero en cinco años para el Valladolid y, según la crítica local, el más merecido de todos por el bajo nivel de una plantilla mal confeccionada y una gestión deportiva muy cuestionada. La afición ya ha asumido el golpe y el ambiente en Zorrilla es de resignación, con la peor entrada en años en el último partido ante Osasuna.

Mirando al futuro

Con la sentencia prácticamente escrita, el club deberá empezar a planificar la próxima temporada en Segunda, revisar su proyecto deportivo y buscar una reconstrucción que devuelva la ilusión a la afición pucelana. La Liga sigue, pero para el Valladolid, el drama del descenso puede convertirse en realidad de forma oficial esta misma semana si no logra la machada ante el Betis y el resto de rivales directos.