Se cerró el mercado el pasado 1 de septiembre, pero al Sevilla todavía le quedaban deberes por hacer, que ha ido completando en los días siguientes al poder sumar a jugadores que sean agentes libres.

El primero en llegar fue Mariano Díaz, y ahora ha sido el turno de Sergio Ramos. El primero no tenía equipo desde que terminase su vinculación con el Real Madrid el pasado 30 de junio. Después de muchas propuestas y no ver ninguna clara, decidió rebajar sus pretensiones para unirse a los de Mendilibar, que ya lo quisieron antes de completarse su segunda etapa en el equipo blanco después de triunfar en el Lyon.

El segundo, ayer mismo, fue Sergio Ramos. El de Camas tenía una espinita clavada con el que fuera el equipo de su corazón y que lo llevó a la élite. Regresa tras rechazar a Galatasaray y los millones de Arabia Saudí para cerrar un ciclo en la que es su casa. Con una declaración que tocó el corazón del sevillismo, el central apunta a ser el kaiser de la zaga hispalense: «Es un día muy especial. Volver a casa es una alegría tremenda. No tenía sentido de irme a ningún sitio sin pasar antes por aquí. Era una deuda con mi abuelo, con mi padre, con el sevillismo, con Puerta y muchas cosas que han significado mucho. Creo que era el momento. Lo demás lo dejamos para después».

Dos refuerzos de primer nivel y a coste cero, aprovechando el mercado de agentes libres que sin duda incrementarán la calidad de la plantilla.