Salvo un milagro en forma de varios triunfos consecutivos, algo que sería realmente una utopía en estos momentos, el Real Valladolid apunta a ser uno de los tres equipos que perderá la categoría al final del presente curso.

El conjunto de Pucela, que regresó a la élite el pasado año tras una gran temporada en Segunda, volvería a la División de Plata justamente 365 días después de haber celebrado el último ascenso.

Ahora mismo la permanencia se sitúa 11 puntos por encima y tiene perdido el golaverage con varios equipos con los que podría empatar a puntos, lo que se traduce en un final de temporada atípico que se le puede terminar haciendo demasiado largo.

Tarea del cuerpo técnico mantener al equipo compitiendo cuando lo cierto es que ya han bajado los brazos y que asumen una realidad muy difícil de asumir, y es que pese a que restan todavía 11 jornadas por disputarse, 33 puntos, el Valladolid en estos momentos apunta a ser el colista y ni siquiera parece que vaya a poder luchar por la salvación.

La situación ha pasado por encima del plantel, que hasta hace no tanto se veía con opciones de remontar el vuelo. Pero la realidad ha sido diferente, se ha perdido contra rivales directos y la racha de derrotas es realmente preocupante. 11 partidos consecutivos sin ganar, 10 de LaLiga y 1 de Copa, que dejan al conjunto blanquivioleta con 16 puntos, y habiendo sumando 1 de los últimos 15 en juego. Espanyol y Valencia, que estaban en peor situación que ellos en la primera vuelta, ya están fuera del descenso.

La próxima jornada toca recibir al Celta en uno de los partidos destacados del boleto de La Quiniela. Y es que los gallegos llegan a Pucela dispuestos a sumar de tres y meterse de lleno en la pelea por Europa.