Luka Modric había desaparecido de los planes de Ancelotti en los últimos partidos y es que más que algún minuto suelto, no venía contando para el italiano, que entiende que el croata debe asumir el final de su carrera.

Pero el futbolista, leyenda del Real Madrid y considerado uno de los mejores centrocampistas de la historia, aún tiene cuerda para rato. Y es que este año, aunque no de acuerdo con su nuevo rol, de casi descarte, está decidido a dar un último servicio al club de Chamartín, el que lo llevó a conseguir el Balón de Oro.

Ante el Sevilla, en un partido que se ponía cuesta arriba para los blancos, salió en la recta final del duelo para recibir un balón en la frontal del área, esquivar a un contrario y con un derechazo excelso anotar para dar tres puntos de oro al Real Madrid, que sentía ya la presión del Barcelona.

Con este gol, el internacional con Croacia pide más confianza y reclama retirarse por la puerta grande, siendo más importante y ayudando en la consecución de títulos. Más allá del gol, habrá que ver si Ancelotti acepta cambiar de idea.

El próximo partido será ante el Valencia el sábado, duelo siempre complicado y uno de los destacados del boleto de La Quiniela, para el que Modric pide un sitio ya en el once titular.