La temporada 2024/2025 de LaLiga será recordada como una de las más angustiosas para Sevilla FC y Girona FC, dos equipos históricos que han jugado con fuego hasta el último suspiro. Ambos conjuntos han certificado la permanencia en Primera División por la mínima, salvándose únicamente por un punto sobre el descenso, tras un curso plagado de derrotas, malas rachas y sufrimiento constante. Ambos perdieron sus últimos partidos del curso siendo goleados por Villarreal y Atlético, ambos duelos destacados del boleto de La Quiniela.

Sevilla FC: un gigante en crisis

El Sevilla FC, acostumbrado a pelear por Europa, ha vivido una de sus peores campañas en la última década. Con 17 derrotas y solo 41 puntos tras 36 jornadas, el equipo dirigido por Joaquín Caparrós, que cogió al plantel en la 14ª posición, siete puntos por encima del descenso, no ha podido cambiar el rumbo. Sin embargo, la realidad es que el club hispalense ha estado toda la temporada coqueteando con el abismo, dependiendo de victorias agónicas ante rivales directos como Las Palmas para evitar el desastre.

Las claves del sufrimiento sevillista han sido la falta de solidez en casa, una plantilla descompensada y la incapacidad para encadenar resultados positivos. El club, que llegó a estar a solo cinco puntos del descenso a falta de cinco jornadas, ha tenido que luchar hasta el final para evitar un descenso que habría sido histórico. La afición y la directiva ya exigen una profunda reconstrucción para devolver al Sevilla al lugar que le corresponde en la élite del fútbol español y no acabando como 17º.

Girona FC: del sueño europeo a la pesadilla del descenso

El caso del Girona FC es aún más llamativo. El equipo catalán, que la campaña anterior fue la gran revelación de LaLiga y debutó en Champions League, ha pasado de rozar la gloria a vivir una auténtica pesadilla. Una racha de 11 partidos sin ganar y hasta 19 derrotas han dejado a los de Míchel al borde del descenso, salvándose finalmente con 41 puntos y ocupando la 16ª posición, solo un punto por encima del Leganés.

La fuga de talento en verano y la dificultad para mantener el nivel competitivo han sido determinantes en una temporada para olvidar. El gol de Stuani en Valladolid fue clave para sellar la salvación y evitar un desastre mayor. El propio Míchel reconocía que el trabajo no estaba hecho hasta el final y que la temporada ha sido un auténtico calvario para un club que hace solo un año soñaba con Europa.

Un punto de diferencia, un mundo de sufrimiento

Tanto Sevilla como Girona han terminado la temporada con 41 puntos, apenas uno por encima del descenso, lo que refleja la igualdad y la dureza de la lucha por la permanencia este curso. Ambos equipos han jugado con fuego y, aunque han conseguido evitar el descenso, la sensación general es de fracaso y de necesidad urgente de cambios estructurales para no repetir los mismos errores en el futuro.