El Atlético de Madrid preparó el partido ante el Almería de la última jornada, duelo destacado del boleto de La Quiniela, con la intención de ofrecer una victoria balsámica a su público tras una derrota extraña ante el Barcelona, donde se ofreció una versión muy alejada de la realidad del equipo, pero las cosas no salieron según lo previsto.

El plan inició correcto, dominando al colista y resolviendo el encuentro antes de la primera media hora con goles de Correa y Morata, pero a partir de ahí, el equipo se apagó y la entidad andaluza estuvo cerca de dar un susto. Primero recortando distancias y después asediando la portería de Oblak.

Al igual que ocurrió ante Las Palmas, Valencia o Barcelona, ante el Almería durante más de 60 minutos, el Atlético volvió a desconectarse. Por suerte, a los de Gaizka Garitano no les dio para conseguir el empate y los rojiblancos sumaron los 3 puntos.

Pero esto es algo que preocupa mucho al Cholo, que no entiende como pueden pasar de desplegar un fútbol de élite, casi el mejor de LaLiga junto con el Girona, a desaparecer de los partidos. Este miércoles se venció con solvencia a la Lazio en Champions, pero unos días atrás, el equipo parecía otro.

Uno de los factores que podría justificar dicha relajación es la falta de tensión, y es que cuando empiezan a ir bien las cosas, el equipo se relaja, ya sea por una dinámica excelente de resultados o por tener encarrilado un partido, como ocurrió el fin de semana. Sea como sea, si se quiere pelear por los títulos habrá que cambiarlo.

Curiosamente, las tres derrotas del equipo rojiblanco este curso han sido a domicilio, y es que el Metropolitano son intratables, aunque el Almería estuvo cerca de sacar petróleo en un partido en el que ni ellos mismos podían creerse que tras la primera media hora lograrían encerrar a los del Cholo en su área.

Como dato a tener en cuenta y algo que quiere resolver cuanto antes Simeone, el Atlético ha encajado en 14 de los 21 partidos disputados, y así todavía es más complicado cerrar los triunfos.